viernes, 14 de octubre de 2011

caminar bajo la lluvia con la certeza de saber que
estás dirigiéndote hacia un lado específico sin saber
específicamente cuál es,
lo cual no creo que sea realmente lo importante.

Sentir las risas que salen descaradamente de tu boca cuando,
en el momento más imprevisto,
te sucumbes a la terrible aventura de hacer justamente lo que
tenés ganas de hacer,
sin saber exactamente qué es.

aceptar así la incertidumbre de las repentinas ganas de hacer
eso
que apareció en mi mente repentina y descaradamente
o que quizás venía tramando en lo profundo
y un descarado y repentino acontecimiento lo
exhibió.

Que el acontecimiento seas vos


martes, 4 de octubre de 2011

Barco hundido o averiado

La solución - dijo- está en no verle más la cara.
Pero su cara es bonita -le respondió.
Ya sé que es bonita -dijo- o por lo menos sé que para nosotros dos esa cara es bonita; pero es la solución,rayos, de veras no lo entiendes?
No, no entiendo porque tenemos que dejar de ver una cara bonita-respondió.
-No, demonios, no tenemos que dejar de ver una cara bonita... tenemos que dejar de ver esa cara bonita. Sabes, para nosotros esa cara es bonita y no es sólo bonita por los rasgos que tiene. Ojalá fuese solamente una cara bonita, a nosotros esa cara nos transmite algo, ese algo que la hace tan bonita, y no tiene que transmitirnos eso. Realmente, no tiene.
-Pero Don, por qué no tiene que transmitirnos eso? qué culpa tenemos nosotros? No es que la cara sea una transmitidora de energía de por sí, a nosotros nos lo transmite. Y no es que cualquier cara transmita eso a cualquiera.
-Por eso, compadre, tú mismo lo has dicho. La cara transmite energía, no sé si de por sí o de por no, pero transmite. Y a nosotros, querido amigo, nos hace mal, nos daña, nos ciega de cualquier otra cara. No podemos ver otra cara tan bonita
-No señor, en eso está usted equivocado, la cara nos transmite energía, eso se llama conexión, porque sepa usté que tengo la acertada certeza que esa cara nos transmite esa energía a nosotros, y quizás no sólo a nosotros, pero sepa usté que nosotros se la transmitimos a esa cara. Por lo que esa energía es diferente a cualquier otra energía, es nuestra.. y cuando digo nuestra quiero decir tuya, mia y de esa cara, que por cierto, es mucho más que una cara.
- No entiendes, de veras que no entiendes. Yo también siento que esa energía no nos la va a transmitir otra cara, quizás nunca, porque hasta intento que pase. No te jodo, cuando estoy con otras caras pienso en que necesito esa energía, pero es inevitable, ninguna energía es como esa.
-Y entonces? qué es lo que no entiendo? Yo eso lo entiendo muy bien, por eso no hay que dejar de verla
-Pero no, coño, lo que no entiendes es que esa cara, esa maldita cara bonita, no piensa lo mismo que nosotros. Ella ve energía en otros lados, siente en otros lados, no somos tan especiales.
-Pero no, chavo, esas son patrañas. A mi con tus inseguridades no me vengas que estamos bastante bien acá. Esa cara nos quiere ver siempre, ¿eso no te dice nada? Esa cara nos sonríe, nos llora y nos abraza, se ríe a más no poder y de veras que la pasa bien. El otro día otra cara me dijo que siempre la ve espléndida cuando está con nosotros y que si no lo ve ella le cuenta lo espléndida que está. Viste vos.
-si, si, muy bueno, muy espléndida y muy espléndida pero no, esto no va más coño.
-Y cuál es tu solución?, que es lo que no va más?
-Mi solución, volveré a explicarte, es no ver nunca más esa cara bonita.
-La extrañaremos
-Sí, seguro que la extrañaremos, pero buscaremos esa energía que nos falta en otro lado.
-No lo encontraríamos y, lamento informarte, seguiríamos comparando. Porque pongalé usté que no vemos más esa energía, la vamos a extrañar , la vamos a recordar y, lamentablemente, la vamos a seguir sintiendo. Eso es lo que usté está cegado a ver.... ya encontramos esa energía, ya vimos esa cara, ya sentimos esa cara bonita, ya tenemos esa conexión. La mantengamos o no, esto ya lo sentimos.
-Tienes razón.
-Pues claro
-Yo entiendo, ahora, yo entiendo que sin verla la conexión seguirá estando. Y aunque ella tenga otras conexiones, y quizás nuestra conexión no sea su preferida, nosotros ya lo sentimos así y eso, por más que no la veamos más, no va a poder cambiar. Pero entonces, cuál es la solución?
-No hay solución camarada. Lamento informarle que esta cara bonita nos ha ganado la batalla.
-Pero ella, no estaba de nuestro lado de batalla?
-Eso es algo que nunca sabremos al menos que un día se le pinte contarnos. Lo que sabemos es que estamos en el mismo mar, navegando a la par, no específicamente en el mismo bote. Quizás algún día lleguemos a estarlo, quizás no. Tengo la acertada certeza que siempre nos vamos a seguir transmitiendo algo, eso es química pura y no hay vuelta que darle.
-Lo que pasa, chavo, es que justamente hoy sentí que estábamos en un barco hundido, y que cada vez se está hundiendo más; por eso estaba buscando soluciones.
-Puede ser, camarada, que estemos en un barco hundido. Quizás pueda levantarse y volver a flote y sino, lamento informarle, que nos hundiremos en el intento.




- Hasta que sea el momento de plegar velas.
- No lo es ya?
- Puede ser



No se me ocurrió que ibas a llegar distinto. Descubrirlo fue verme y sentirme distinta; como si repentinamente los años pasados hayan transcurrido en un instante, no exactamente en el instante en que te vi, sino en una milésima de segundo en la cuál sentí que éramos diferentes; que el tiempo había pasado. No sé bien si fue en los largos minutos en que nos escuchamos, o fue tu cara al enterarte de esas cosas, o fue cuando volvimos y te miré de otra manera. Definitivamente te de otra manera.
Diferente no es exactamente aburrido, ni más serios, ni más tristes. Fue simplemente pensar en una bicicleta sin manos, en tu cara sonriente, en mi inocencia; fue tener la imagen de corridas, un chancho en el brazo, un fibrón en la mano, una hinchancha. Fue vernos patear calles, esconderse entre columnas, huir de noche. El barrio, las calles. Palabras, secretos, miradas. Que el día sea una aventura constante; que la vida un mundo aparte. Mi imagen tirada, yo entre tus brazos, la seguridad de una compañía; la timidez de un amor.
Diferente fue ver nuestra película de 3 años en imágenes de segundos; en cine, distante. Como si esos protagonistas ya no fuesemos nosotros o, mejor aún, como si los protagonistas ya no fuesen ellos.
Diferente fue sentarnos en una mesa que no era la nuestra e ir a un lugar que no era el nuestro; ocupado por otros que no eramos nosotros, pero que quizás estaban haciendo lo que nosotros hacíamos. Una coca en el medio, verte con barba; sentir que hablabas queriendo justificarte para no sentirnos tan distantes, ver cómo reaccionaba el otro, sentir la distancia. Que falten las "no papas" de raúl, eso fue diferente.
Descubrir con la charla que no necesitábamos filtros, que entre nosotros no podía haber filtros aunque hayan pasado cinco años. Concordamos en que vivir esa época y de esa forma fue lo mejor que pudimos haber hecho y nos actualizamos de locas anécdotas, que quizás, quién sabe, podríamos haber vivido juntos.
De repente, fue mirarte y descubrir que la barba y la cara de grande eran sólo un disfraz entre nosotros y que no podíamos mantenernos disfrazados. Y a pesar que no corrimos riendo y gritando por la vereda de la incertidumbre, anduvimos en auto gritando y riendo por las calles del recuerdo. Y creo que todo seguía estando en el mismo mundo; en nuestro mundo.
(como si fuera el mismo barrio)